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Desde
el punto de vista de la medicina psicológica, la maternidad es
una de las experiencias humanas más complejas. Las mujeres que
recientemente han tenido un parto son vulnerables a todo el espectro de
los trastornos mentales en general, así como a aquellos síntomas
que resultan de los cambios físicos y fisiológicos que se
suceden después del nacimiento de un hijo. La previa clasificación
bajo tres rubros -la tristeza de la maternidad, la depresión postparto
y la psicosis postparto (o puerperal)- se considera ahora como obsoleta
y simple. Actualmente hay una tendencia a establecer una clasificación
en cuatro grupos que incluye los siguientes apartados: psicosis, trastornos
de la relación madre-hijo, depresión y un grupo misceláneo
de trastornos relacionados ya con la ansiedad ya con el estrés.
A su vez estos cuatro grupos se subdividen en entidades específicas. |
La
Asociación Mundial de Psiquiatría (WPA) publicó recientemente
en su órgano oficial de difusión, una revisión de estos
conceptos en cuanto a su diagnóstico, tratamiento y prevención.
Asimismo, agrega al final de la revisión conceptual, algunos comentaJ:"los
de expertos en relación a cómo estos cambios deberán impactar
la futura clasificación internacional de las enfermedades (CIE 11). A
continuación resumimos la manera en que se propone clasificar a las distintas
entidades.
Psicosis
Este grupo de subdivide en tres subtipos: psicosis orgánicas, psicogénicas
y bipolar/polimórficas. Las psicosis orgánicas incluyen a la psicosis
post-eclámptica ya la inafectiva. Si bien el uso de antibióticos
y los cuidados prenatales han casi eliminado estas entidades, aún subsisten
en ciertos países de bajo nivel socio-económico. Algunos datos
recientes de incidencia de psicosis eclámptica y posteclámptica
en la India se semejan a los de Europa hace más de 100 años. En
las psicosis psicogénicas, el contenido (habitualmente delirios), así
como su inicio, curso y evolución, están íntimamente asociados
con la experiencia de un estado severo de estrés. La celotipia que se
inicia en el puerperio es un ejemplo de estas situaciones. La mayoría
de los casos de psicosis puerperal tiene características maníacas
y de hecho, hay una liga estrecha entre el puerperio y el trastorno bipolar.
La CIE 10 recomienda clasificar a los trastornos del post-parto de acuerdo con
la sintomatología que presenten. No obstante, hay una categoría
especial para los trastornos del puerperio (F53), que para la mayoría
de los clasificadores resulta innecesaria y que recomiendan no usar ya que basta
con agregar al código del diagnóstico principal un código
adicional para identificar que la sintomatología se está presentando
durante el puerperio (099.3). Los actuales datos epidemiológicos hacen
un cálculo según el cual la prevalencia de la psicosis post-parto
es de 1/1000 nacimientos. El diagnóstico no presenta problemas, ya que
la aparición de delirios, alucinaciones, catatonia o manía ocurre
de manera súbita y durante el periodo inmediato al parto. El tratamiento
es básicamente con antipsicóticos, dentro de los cuales, los de
segunda generación son preferibles debido a que tienen menos efectos
secundarios. En los casos severos se recomienda el manejo intrahospitalario.
La tasa de recurrencia en las pacientes maniacas es de uno de cada cinco embarazos
y las madres con antecedentes de cuadros previos cte'manía no puerperal
tienen un riesgo incrementado. Existe evidencia de que el uso dellitio inmediatamente
después del parto reduce este riesgo.
Trastornos
de la relación madre-hijo
El desarrollar una relación con el recién nacido es la tarea psicológica
más importante durante el puerperio. Las alteraciones en este proceso
han sido identificadas desde hace mucho tiempo y se han descrito como actitudes
de rechazo, maltrato infantil e inclusive infanticidio. El síntoma esencial
de esta condición es una alteración emocional de la madre que
la lleva al desarrollo de manifestaciones de ira patológica. Sin embargo,
el concepto de depresión postnatal con trastornos en la relación
madrehijo no es aplicable a esta situación ya que no refleja la verdadera
condición de alteración emocional circunscrita específicamente
a lo relativo a los lazos de apego entre la madre y su hijo. Es una entidad
poco identificada, en parte debido a que no se encuentra especificada en los
sistemas actuales de clasificación. Se han hecho esfuerzos por tratar
de incluirla dentro de las clasificaciones, sin embargo no es una tarea fácil
ya que los trastornos en la relación de la madre respecto a su hijo difícilmente
se consideran como una patología.
Se calcula que de las mujeres referidas a consulta psiquiátrica después del parto, de lOa 25% presentan estas manifestaciones. Los niveles del trastorno son variables y pueden ir desde expresar la idea de que desearían dar al niño en adopción o de que alguien más se encargara de su cuidado, hasta manifestar irritabilidad, ansiedad, verborrea y actitudes de amenaza de violencia física. Desde luego que estos cuadros, en sus formas más severas, pueden formar parte de las psicosis postparto. Suelen mejorar en el momento en el que se implementa un tratamiento. Las intervenciones psicológicas ayudan a que la madre aprenda a disfrutar el contacto con el producto.
Depresión
El término "depresión postnatal" es un concepto de mucha
utilidad y uso generalizado, ya que reduce el estigma de la idea de enfermedad
mental de las mujeres. Sin embargo, desde el punto de vista médico es
poco aplicable. No se ha establecido una relación causal estrecha entre
el parto y la depresión. Los estados depresivos son relativamente frecuentes
en las mujeres en cualquier momento del ciclo vital: en la edad adulta, en la
etapa fértil, en el climaterio y en la senectud. No se han encontrado
diferencias en la incidencia de cuadros depresivos entre mujeres que recientemente
han tenido un parto y mujeres en otras etapas de la vida. Tampoco hay evidencia
de que la depresión en esta etapa incremente el riesgo de ideación
o intento suicida.
La
depresión postnatal es una entidad con sintomatología muy
variada. Algunas mujeres presentan principalmente síntomas relacionados
con situaciones de estrés; algunas, síntomas obsesivos y
otras más sintomatología ansiosa con pocos elementos depresivos.
Aun las que tienen cuadros depresivos "puros" presentan diversas
tipos de manifestaciones como sintomatología distímica,
episodios establecidos en el embarazo y que persisten en el puerperio,
manifestaciones depresivas correspondientes a un trastorno bipolar, etc. |
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En los últimos años ha surgido un buen número de publicaciones internacionales sobre este tema. Es claro que la depresión en el postparto no es algo exclusivo de los países industrializados sino que se puede presentar en cualquier zona geográfica independientemente de los factores socioeconómicos y de los culturales. No ha sido tampoco una sorpresa el encontrar que sus factores causal es son los mismos que se dan en cualquier otro tipo de depresiones: factores genéticos, tendencia previa a la depresión, relaciones interpersonales conflictivas, situaciones estresantes, falta de redes de apoyo y aislamiento social. El objetivo que se persigue en su reclasificación es poder situar a la depresión que se presenta en la etapa del postparto como una entidad muy amplia y de muy diversas manifestaciones, de tal forma que se facilite su reconocimiento y se implemente un tratamiento adecuado y oportuno. Aunque las consecuencias de un estado depresivo no son universales, invariablemente generan alteraciones en la familia y sobre todo en el cuidado del infante. El riesgo de la conducta suicida no es algo infrecuente y conlleva probabilidades, si bien afortunadamente en casos muy asilados, de incluir conducta filicida. Sin embargo, algunos estudios llevados a cabo en Canadá, Finlandia y Dinamarca han detectado que las tasas de suicidio en las mujeres durante los 12 meses posteriores al parto, son menores en comparación con las encontradas en la población femenina en general.
Se han desarrollado instrumentos clínicos de tamizaje, como la Escala de Edimburgo de Depresión Postnatal, que ayudan al reconocimiento temprano de cualquier cuadro psiquiátrico de inicio en el postparto. Esta escala en particular, se ha traducido a diversos idiomas y hay por lo menos 18 estudios de validación documentados. Otro aspecto importante que se aborda en la revisión de esta categoría es el del tratamiento. Si bien un buen número de casos puede salir adelante con intervenciones de tipo psicoterapéutico, otros casos van a requerir necesariamente el uso de antidepresivos. El tema es motivo de controversia ya que implica tomar una decisión entre no dar medicación para poder continuar con la lactancia o bien, administrarla y suspender esta última. En los últimos años la bibliografía sobre el tema se ha enriquecido enormemente. Parece ser que el consenso general sobre la decisión es el no restringir el uso de antidepresivos cuando sea muy necesaria su prescripción, pero tampoco suspender la lactancia mientras se estén utilizando. Si bien es cierto que el organismo del recién nacido está en riesgo debido a la inmadurez de algunos de sus órganos y a otras características tales como: falta de grasa corporal, menor unión a proteínas plasmáticas, inmadurez funcional de hígado y riñón y falta de establecimiento de la barrera hemato-encefálica, la evaluación de casos documenta pocos episodios adversos. Su uso es recomendable, entonces, bajo vigilancia, durante el periodo de lactación.
Grupo
misceláneo de entidades relacionadas con el estrés y la ansiedad
Dentro de este grupo se incluye a los trastornos que emergen como consecuencia
de un parto estresante y complicado, y abarca los trastornos específicos
de ansiedad, simples mediciones clínicas que permitan al final del estudio,
encontrar resultados aplicables a lo que el médico hace en su práctica
cotidiana. En el caso específico de los ISRS sigue siendo indispensable
determinar hasta qué punto la inducción de la ideación
suicida es un efecto indeseable del fármaco o bien se trata solamente
de un fenómeno intrínseco a la enfermedad que se exacerba temporalmente
como parte de la respuesta inicial al tratamiento. Es deseable que dentro de
no mucho tiempo este debate llegue a una conclusión definitiva y aceptable.
María
Patricia Martínez Medina
Instituto Nacional de Psiquiatría
Ramón de la Fuente
Bibliografía
JUREIDINI JN Y cols.: Efficacy and safety of antidepressants
for children and adolescents. Brit Med l, 328: 879 - 882, 2004. WHITTINGTON
CJ, y cols.: Selective serotonin reuptake inhibitors in childhood depression:
systematic review of published versus unpublished data. Lancet, 363: 1341 -
1345, 2004.
GREEN J: The SSRI debate and the evidence base in child and adolescent psychiatry.
Current Opinion Psychiatry, 17: 233 - 235,2004.