Reconstruyendo la cara después
de cirugía de cáncer

La paciente había tenido un cáncer devastador en el septo de la nariz. Lo que el cáncer no había corroído, las cirugías frecuentes para librarse de esta enfermedad lo habían hecho. Uno de los huesos de la mejilla y una de las cuencas del ojo faltaban, así como una porción significativa del hueso de la nariz. Como no había nada para sostener ni el ojo ni la nariz, éstos se deslizaban hasta la boca.

"Muchas de las opciones que generalmente hubiéramos tenido para reconstruir la cara de la paciente no existían en este caso," dice el cirujano de cabeza y cuello Dr. Patrick Byrne. "No había nada para sostener ni la nariz ni el ojo".


Usando un modelo del cráneo de la paciente el cirujano Patrick Byrne es capaz de visualizar las estructuras subyacentes de la cara

Sin embargo, nuevas técnicas quirúrgicas y novedosos materiales están haciendo posible la reconstrucción de las caras dañadas tan severamente por cirugías invasivas. Por ejemplo, con la escanografía tridimensional, el Dr. Byrne pudo crear un modelo tridimensional de polímero plástico del cráneo de la paciente. Usando ese modelo en el centro quirúrgico, el Dr. Byrne pudo observar la topografía exacta de los huesos faciales de la paciente y del cartílago debajo del tejido facial. Esto le dio parámetros precisos para trabajar cuando efectuó la cirugía micro vascular y la transferencia de tejidos tomando hueso, músculo y piel de otra área del cuerpo para llenar los defectos de la cara.

"El modelo nos dio una idea mucho más precisa del tipo de defecto que había", dice el Dr. Byrne. "También nos permitió seleccionar más exactamente el mejor tipo de injerto de hueso que debíamos usar para reconstruir la cara".

Los nuevos materiales están ayudando mucho también. El Dr. Byrne cita el caso de una mujer de 32 años operada por él que tenía un tipo agresivo de cáncer del septo nasal. Como el riesgo de reincidencia para estos casos es muy alto, generalmente hay que esperar un año antes de reconstruir el septo con injertos de costilla. Esto significaba que la paciente tendría la cara desfigurada durante todo ese tiempo.

Sin embargo, el Dr. Byrne tenía un plan que le permitiría reconstruir el septo al mismo tiempo que los médicos podían controlar y tratar cualquier propagación del cáncer. Primero, él reemplazó el septo con un nuevo tipo de polímero plástico que se disuelve en un lapso de 12 a 18 meses. Calentando el material, el Dr. Byrne hizo un molde en la forma del septo natural de la paciente. Entonces unió pedazos de huesos a este molde. Los huesos se unen lentamente y reemplazan el molde mientras es absorbido por el cuerpo. Para irrigar los injertos de hueso con sangre, el Dr. Byrne usó una nueva técnica de crear un pasadizo en el músculo de la frente, pasando por debajo de la piel a la parte de dentro de la nariz.

"Generalmente, cuando se usa injerto de costilla se tiene irrigación sanguínea del septo", dice el Dr. Byrne, "pero en este caso no teníamos esa posibilidad".

El Dr. Byrne agrega que su abordaje permitió que la paciente pudiera concluir un curso completo de radioterapia, reduciendo el peligro de reincidencia, al mismo tiempo que conservó su apariencia. "Si no hubiéramos reconstruido la cara durante la cirugía inicial, la paciente hubiera quedado con una deformidad severa por un año", dice Byrne. "Eso hubiera sido muy difícil para la paciente".


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