POLIOMIELITIS

Introducción

Poliomielitis, enfermedad infecciosa viral del sistema nervioso central que en muchos casos provoca, como secuela, una parálisis. La mayor incidencia se produce entre los 5 y los 10 años, denominándose en este caso parálisis infantil. En climas templados su incidencia es mayor. La enfermedad fue descrita por el ortopeda alemán Jacob von Heine en 1840.

Virus de la poliomielitis
Esta imagen de microscopio representa unos virus de la poliomielitis, que penetran en el organismo por la nariz y la boca y destruyen las células nerviosas multiplicándose rápidamente en su interior. La infección puede provocar parálisis permanente. Desde que se desarrolló en la década de 1950 una vacuna eficaz, la poliomielitis ha desaparecido casi por completo de los países desarrollados.

Omikron/Photo Researchers, Inc.


Sintomas

El virus penetra en el organismo por vía digestiva y se extiende por los tractos nerviosos afectando a varias partes del sistema nervioso central. El periodo de incubación oscila entre 4 y 35 días. Los primeros síntomas incluyen astenia, cefaleas, fiebre, vómitos, estreñimiento, rigidez cervical y, en menor medida, diarrea y dolor en las extremidades. Como las células nerviosas destruidas no se reparan ni se reemplazan, la lesión de las que controlan los movimientos musculares puede producir una parálisis permanente. Cuando las células nerviosas afectadas son las de los centros respiratorios hay que aplicar al paciente respiración artificial. Sólo 1 de cada 100 casos de infección aguda de poliomielitis acaba en parálisis.


Tratamiento

No se ha descubierto ningún fármaco eficaz frente a los poliovirus, por lo que el tratamiento debe ser exclusivamente sintomático. Se debe utilizar calor húmedo y fisioterapia para estimular la musculatura, tratamientos iniciados por la enfermera australiana Elizabeth Kenny; además, son necesarios los fármacos antiespasmódicos para conseguir relajación muscular. Durante la convalecencia debe usarse terapia ocupacional.


Control de la enfermedad

Se han identificado tres cepas del virus: el Brunhilde (tipo 1), el Lansing (tipo 2) y el León (tipo 3). La inmunidad para una cepa no protege frente a las otras dos.
En 1949 el bacteriólogo John Franklin Enders consiguió cultivar los poliovirus en el laboratorio. El médico y epidemiólogo Jonas Salk desarrolló una vacuna de virus inactivados mezclando las tres cepas del virus. En 1954 la vacuna se empezó a utilizar masivamente. Más tarde, el virólogo Albert Sabin desarrolló una vacuna oral de las tres cepas del virus atenuado, la vacuna trivalente oral para la polio (TOPV). Desde 1963, dada su mayor eficacia, sustituyó en todo el mundo a la vacuna Salk. Gracias a la inmunización rutinaria, los casos de polio han disminuido mucho en Occidente, desde cientos de miles de casos anuales en 1952 hasta sólo unos cuantos casos al año en la actualidad.
La vulnerabilidad de la población no inmunizada quedó demostrada en 1979, cuando se produjeron 16 casos de parálisis por polio en la población amish no vacunada de Estados Unidos y Canadá.

Albert Sabin
En la década de 1950, el virólogo estadounidense Albert Sabin desarrolló una vacuna oral con virus vivos atenuados contra la poliomielitis. Esta vacuna sustituyó a la vacuna inyectable con el virus inactivado desarrollada por Jonas Salk y que hasta entonces era la única forma de prevenir la poliomielitis.
Bill Branson/Troha/Sodak/Black Star