Dentadura Humana

En el ser humano, además de en la masticación, los dientes están implicados de forma directa en la articulación del lenguaje, actuando como punto de apoyo contra el que la lengua hace presión para emitir ciertos sonidos. Los dientes afectan también a las dimensiones y a la expresión de la cara, cuya apariencia puede resultar modificada de forma desagradable por la pérdida de una pieza dentaria o por cualquier irregularidad en su crecimiento o coloración.

Estructura de los dientes

Los dientes están formados por una parte externa denominada corona y una raíz que está inmersa en el maxilar. La capa más externa de la corona esta compuesta por un tejido calcificado que recibe el nombre de esmalte, la sustancia más dura del organismo. Por dentro del esmalte se halla la dentina, una sustancia de tipo óseo que se extiende desde la superficie más interna del esmalte y penetra en el maxilar para formar la raíz. La dentina de la raíz está cubierta por una capa delgada de un tejido duro denominado cemento. Las raíces se mantienen en su posición mediante fibras elásticas que forman la membrana periodontal, la cual se extiende desde el cemento hasta una capa ósea engrosada denominada lámina dura, en el interior del maxilar.

La dentina encierra la cavidad pulpar que se continúa en la raíz como el conducto radicular. A través del orificio que se abre en el extremo de la raíz, penetran vasos sanguíneos, nervios y tejido conjuntivo, que ocupan el conducto radicular y la cavidad pulpar.

Estructura de un diente
Los nervios y los vasos sanguíneos del centro de cualquier diente están protegidos por varias capas de tejido. La más externa, el esmalte, es la sustancia más dura. Bajo el esmalte, circundando la pulpa desde la corona hasta la raíz, está situada una capa de sustancia ósea llamada dentina. Un tejido duro llamado cemento separa la raíz del ligamento peridental, que sujeta la raíz y amortigua el diente contra la encía y la mandíbula.

Dientes de leche y permanentes

El ser humano tiene 20 dientes que utiliza durante la fase inicial del desarrollo de los maxilares y que reciben el nombre de dientes de leche o de la infancia. A medida que los maxilares crecen, estos dientes son reemplazados por otros 32 dientes permanentes de mayor tamaño. Como resultado del crecimiento y ampliación de los maxilares, las raíces de los dientes de leche se separan y dejan espacio para que los dientes permanentes, más grandes, se desarrollen. La presión de los dientes permanentes en crecimiento provoca que los tejidos mandibulares reabsorban las raíces de los dientes de leche, dejando sólo las coronas. Al tiempo que emergen los dientes permanentes, cada uno de ellos desaloja la corona del diente de leche correspondiente.

Tipos de dientes

Por lo general, las coronas de los dientes permanentes son de tres tipos: los incisivos, los caninos o colmillos y los molares. Los dientes delanteros o incisivos tienen forma de escoplo para facilitar el corte del alimento. En cada cuarto de la boca existe un incisivo central y lateral. Detrás de los incisivos hay tres piezas dentales utilizadas para desgarrar. La primera, el canino, que se sitúa justo posterior al incisivo lateral, tiene una única cúspide puntiaguda. Detrás de éste existen dos dientes denominados premolares, con dos cúspides cada uno. Detrás de los premolares están el primero, el segundo y el tercer molar, que tienen una superficie de masticación relativamente plana, lo que permite triturar y moler los alimentos. Por lo general, la comida se corta con los dientes incisivos frontales, su tamaño se reduce por los caninos y premolares, y adquiere un tamaño digerible por los molares. Los dientes humanos todavía están evolucionando. Los expertos en dentición piensan que el tercer molar o muela del juicio desaparecerá a medida que el maxilar humano se reduzca y los alimentos refinados eliminen la necesidad de molares adicionales.

Dientes definitivos

Los veinte dientes de leche de la boca de los niños, son reemplazados de forma gradual por las piezas definitivas, un conjunto de 32 dientes que se ilustran aquí. Los 8 incisivos (4 en la mandíbula superior y 4 en la inferior) tienen el filo recto y afilado para cortar y morder. Los 4 caninos puntiagudos están especializados en desgarrar. Los 8 premolares, una vez perdidos los dientes de leche, tienen superficies afiladas, como las que presentan también los 12 grandes molares. Los terceros molares, ausentes en algunas personas, se denominan muelas del juicio.

Alineación de los dientes

La secuencia de la erupción de los dientes en la mandíbula superior e inferior se produce de forma ordenada. Las irregularidades ocasionales en la secuencia de erupción pueden originar un alineamiento defectuoso. En algunos casos, el diente de leche no se cae o el permanente puede no existir. En otros, el diente permanente puede estar ocluido entre el hueso de la mandíbula y la raíz de otro diente, por lo que su erupción es imposible.

También pueden existir dientes supernumerarios o adicionales. El alineamiento defectuoso o maloclusión se puede producir también después de la erupción. Debido a que la posición de un diente en la mandíbula no es estática, la pérdida de una pieza dentaria puede hacer que los dientes adyacentes se inclinen hacia el espacio vacío y el diente correspondiente del maxilar opuesto continúe su crecimiento en dicho espacio.

Esta desviación es posible debido a que el diente está sujeto al maxilar por las fibras elásticas cortas de la membrana periodontal. Los dientes están sometidos a un amplio rango de movimientos mandibulares, que son posibles gracias a las articulaciones cóndilo glenoideas de la mandíbula. Por lo general, cada diente está protegido por los dientes vecinos y opuestos que permiten igualar las fuerzas de la movilidad mandibular y evitar los desplazamientos de su posición. Cuando existe una maloclusión severa, los ortodontistas, especialistas que corrigen las irregularidades dentarias, pueden conseguir que los dientes recuperen su posición original.