Los niños que sobreviven
Psicología Infantil

Ph. D. Norman Garmezy

A lo largo de la historia los niños se han visto obligados a crecer en ambientes aparentemente embrutecedores. Tal vez el principal cuidador sea un enfermo mental, un alcohólico o una persona que maltrata. Es posible que el niño esté expuesto a una pobreza agobiante, al hacinamiento o criminalidad. Algunos sufren pérdida tras pérdida en la guerra y en los desastres, mientras que otros son objetos de maltrato corporal o sufren abandono.Generalmente estos niños desafortunados llevan en su personalidad un vestigio permanente de su infancia. Se sienten inseguros, solos y desvalidos. En la edad adulta, están más propensos a maltratar a los niños, a convertirse en criminales o drogadictos. Algunos llegan a padecer enfermedades mentales; otros son incapaces de establecer relaciones significativas.

Pero hasta el observador más superficial se percatará de que algunos logran sobrevivir a experiencias tan desastrosas de la infancia sin que queden vestigios graves: han salido adelante pese a su ambiente. ¿Por qué esos niños parecen vulnerables a las vivencias tan opresivas de su infancia? ¿Qué factores les ayudan a ser adaptables? ¿De qué manera aprenden estrategia para sortear el estrés tan fuerte? Quizá si conocemos mejor a esos niños, podremos ayudar a otros que estén en un ambiente menos extremo a aprender estrategias de enfrentamiento más idóneas.

Estudiamos a un preadolescente que creció en los arrabales de Minneapolis. Vive en un departamento muy deteriorado con su padre, un ex convicto que está muriendo de cáncer; su madre es una mujer ignorante, tiene siete hermanos y hermanas, dos de los cuales son retrasados mentales. Pero no obstante este ambiente, los maestros del niño dicen que es muy competente, que su rendimiento escolar es muy satisfactorio y que se lleva bien con casi todos sus compañeros. ¿Cómo ha logrado todo esto?

Luego de estudiar a cientos de niños con esas deficiencias ambientales, los investigadores descubrieron algunas características que comparten esos niños adaptables o aparentemente invulnerables. Primero, son socialmente competentes. No tienen dificultad alguna en relacionarse con sus coetáneos (personas de la misma edad) y con los adultos. Estos últimos dicen que esos niños son atractivos o simpáticos y que desean aprender de los adultos. Segundo, estos niños tienen seguridad en sí mismos. Se consideran a sí mismos personas eficientes. En los problemas ven un reto y se creen capaces de dominar las situaciones nuevas. Otro estudio nos da un ejemplo: una muchacha quería llevar su almuerzo a la escuela como el resto de sus compañeros, pero en casa no tenía nada que poner en los emparedados. Sin desanimarse por ello, hizo emparedados de pan. Después de este episodio, cada vez que se veía obligada a prescindir de cosas necesarias o que afrontaba una situación difícil se decía a sí misma que tenía que "hacer emparedados de pan". Tercero, estos niños a menudo son muy independientes. Piensan por sí mismos y saben escuchar a los adultos, pero no necesariamente son dominados por estos. Cuarto, el investigador Michael Rutter recalca que estos niños generalmente tienen unas cuantas relaciones buenas que les brindan seguridad. Tales relaciones pueden ser con sus compañeros de la misma edad, con un maestro, con una tía o con un vecino. Por último, estos niños destacan en la vida. Algunos obtienen buenas calificaciones en la escuela; otros llegan a ser excelentes atletas, artistas o músicos. Disfrutan las experiencias positivas del logro: aprenden que pueden tener éxito y que pueden influir en su ambiente.

Todavía hay muchas cosas que ignoramos acerca de los niños adaptables. Sin duda la interacción de su temperamento, sus talentos y las circunstancias de su vida son mucho muy complejas como para poder descubrirlas en uno o dos estudios. No obstante, tal vez la investigación de estos niños nos ayude a entender a los que se hallan en situaciones más normales cuando aprenden estrategias para afrontar las tensiones de la vida diaria.