Leucemia
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Cuando se diagnostica esta enfermedad, habitualmente aparece primero el pánico, ya que aún se asocia leucemia a muerte y no siempre es así, pero luego brota una necesidad imperiosa de conseguir información, ayuda, soluciones... La leucemia no afecta sólo el cuerpo del enfermo, también ataca duramente la mente del mismo y de sus familiares y allegados y es muy importante saber llevarlo. La
leucemia se cura, aunque no siempre y no en breve plazo, pero los índices
de curación aumentan cada año ya que los avances médicos
son casi constantes. |
CONOZCAMOS
LA ENFERMEDAD
La palabra leucemia proviene del griego y significa "sangre blanca".
Es una enfermedad maligna que, aunque muchas veces se la denomina cáncer
de la sangre, realmente afecta a los tejidos encargados de fabricarla, es decir,
a la médula ósea, el bazo y los ganglios linfáticos.
Una mutación genética provoca una alteración en estos tejidos
y provoca que empiecen a producir un número anormal de glóbulos
blancos, y pueden llegar a ser tan numerosos que la sangre tenga una apariencia
blanquecina.
Estos glóbulos blancos que no llegan a madurar, llamados blástos,
producen dos efectos graves:
1.
No realizan correctamente su función de defensa del organismo. 2. Viven mucho más (ya que salen de la médula antes de lo normal y no se destruyen con ninguna infección por no cumplir su función de defensas), con lo que en un periodo más o menos corto de tiempo proliferan de forma que dificultan la creación en la médula de glóbulos rojos y plaquetas. |
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Además,
provocan que se reduzca la producción de otros componentes básicos
de la sangre como los glóbulos rojos (que transportan el oxígeno
por el interior de nuestro cuerpo) y las plaquetas (que se ocupan de la coagulación
de la sangre).
Cuando los glóbulos blancos proliferan demasiado, la médula ósea
se deteriora en sus funciones y la composición de la sangre varía,
llegando en casos de enfermedad avanzada, a variar el color de la sangre, dando
lugar al nombre de esta enfermedad (sangre blanca).
La pérdida de propiedades de la sangre, por el cambio drástico
en su composición puede producir múltiples complicaciones, que
son las que pueden originar la muerte en un plazo más o menos corto de
tiempo.
Las complicaciones más habituales son la anemia, infecciones (por bacterias,
hongos, etc.), hemorragias internas y externas, etc.
Las leucemias se han dividido en dos categorías según su proceso:
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Aunque hay otros tipos menos frecuentes, la combinación de estas dos nomenclaturas nos da la definición con nombre y apellidos de cada tipo de leucemia. Por tanto, los tipos básicos de leucemia son:
La
medicina actual aun tiene muchísimas dificultades para poder concretar,
en cada caso concreto, la causa de la leucemia.
Solo en casos muy evidentes como una exposición excesiva a radiaciones
ionizantes (trabajadores de centrales nucleares), enfermos de síndrome
de down, y otros similares, solo en estos casos puede apuntarse claramente el
motivo de la enfermedad.
De momento, y hasta que la medicina avance lo suficiente, lo único que
podemos hacer es evitar los factores de riesgo siguientes:
Un
diagnóstico rápido es, en muchas ocasiones, esencial para
la curación total, aunque en mayor medida depende del tipo de leucemia
y del estado físico del paciente. No se puede prevenir la leucemia, solo evitar los factores de riesgo, pero en cualquier caso es una loteria que nadie quiere recibir. |
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Esta enfermedad no es contagiosa y no se rige por patrones hereditarios, lo
cual es muy importante que se explique a los enfermos y familiares ya que aporta
una cierta tranquilidad a todos.
SÍNTOMAS
Los síntomas de la leucemia acostumbran a aparecer a los meses del inicio
de la enfermedad, y pueden ser:
Estos síntomas no son exclusivos de la leucemia, por lo que puede confundirse
con otras enfermedades o dolencias como una simple gripe.
A veces, cuando la leucemia se produce a consecuencia de otra enfermedad como
la anemia aplástica, los síntomas se "encabalgan". En
este caso, por ejemplo, los síntomas de la anemia aplástica son
muy parecidos a los de la leucemia (excepto por las hemorragias y hematomas),
lo que puede llevar a equívoco.
Cuando se aprecien estos síntomas, debe consultarse con su médico
de cabecera quien, seguramente, pedirá un análisis de sangre puesto
que apunta a anemia; allí aparecerán los recuentos incorrectos
de glóbulos blancos, rojos y plaquetas lo que resultará indicador
de la enfermedad.
No es sino con un aspirado medular como se dará el diagnóstico
definitivo. Esta prueba consiste en extraer una muestra del interior de la médula
ósea, habitualmente del esternón o de la corona de la cadera para
revisar su contenido.
Dado que por lo general los blástos se acumulan inicialmente en la médula,
es posible que no se aprecien en los análisis de sangre y no pueda confirmarse
la enfermedad hasta este aspirado.
Esta enfermedad no distingue sexos, edades ni clases sociales, por lo que no
hay ningún grupo especialmente predeterminado a ella.
TRATAMIENTO
El tratamiento de la leucemia depende de sus apellidos (aguda - crónica,
mieloide - linfoide), de lo avanzado de su estado y del estado físico
del enfermo.
Antes de decidir el tratamiento, los médicos especialistas (hematólogos)
realizarán todo tipo de pruebas que consideren necesarias para determinar
los parámetros que le ayudarán a decidir el siguiente paso.
Habitualmente es suficiente con una analítica completa y un aspirado
de médula para determinar el subtipo de leucemia, pero para afinar al
máximo pueden hacerse estudios del tipo de célula afectada (blastos),
el recuento de éstas en la sangre y en la médula ósea.
El tratamiento de la leucemia, sea cual sea, busca la eliminación del
máximo número de blastos que sea posible hasta que sea suficientemente
bajo como para considerar que la enfermedad se ha detenido (no curado). A esta
situación se la llama remisión.
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Lo
más común es el uso de quimioterapia. Se trata de la administración
de diversas drogas cuyo efecto combinado, puede llevar a la remisión
de la enfermedad. Al tratarse de drogas químicas, siempre pueden producir efectos secundarios, que en determinados enfermos y situaciones pueden llegar a ser muy graves. Debemos tener en cuenta que la quimioterapia no distingue blastos de células sanas y elimina ambas por igual. Por ello se hacen análisis de sangre regulares para controlar la calidad de la sangre, es decir, que el número de glóbulos blancos, rojos y plaquetas es suficiente. En caso de no serlo se administran desde el exterior con transfusiones de sangre y plaquetas. |
A veces se refuerza este tratamiento con la radioterapia, aplicada a grandes
zonas de médula ósea afectada para reducir drásticamente
el número de blastos.
Hace unos años se convino por parte de las autoridades médicas
europeas establecer unos procedimientos estandar a aplicar para cada tipo de
leucemia.
Esto agiliza el trabajo de los especialistas en el momento de decidir el tratamiento
para cada paciente.
En muchos casos, al conseguir la remisión total de la enfermedad, para
asegurar su erradicación se administra una quimioterapia final que intenta
limpiar totalmente la médula y posteriormente se realiza un transplante
de médula.
Éste transplante puede ser realizado de un donante sano (transplante
exógeno) ó bien del mismo enfermo (transplante endogeno).
Para el transplante exógeno se busca un donante, en primer lugar, de
su propia familia (hermanos, padres, hijos) y en caso de no encontrar a nadie
compatible se acude a los bancos de donantes gestionados por estamentos médicos
o privados como la Fundación Josep Carreras.
Para el transplante endógeno se extrae médula sana del enfermo
que, sobretodo los enfermos de los diversos tipos de leucemia crónica
aún la producen, y se trata químicamente en laboratorio para eliminar
cualquier blasto que pueda encontrarse. Posteriormente, tras un cultivo también
en laboratorio, se vuelve a implantar (tras la última quimioterapia antes
mencionada) esperando que se produzca de este modo la curación de forma
más permanente.
Este transplante endógeno tiene de ventajoso sobre el exógeno,
que no existe prácticamente riesgo de rechazo, ya que la médula
implantada es la del propio enfermo.
Una vez conseguida la remisión total, aún deberán hacerse
revisiones regulares durante los siguientes años para controlar que la
enfermedad no reaparece.
Personalmente creo que el futuro de la curación de la leucemia se debe
buscar a través del estudio genético y no a través de drogas
químicas.
Las drogas, en enfermos de leucemias refractarias, llegan a ser tan tóxicas
que en muchas ocasiones provocan la muerte del enfermo, directamente, o a mediante
la eliminación de su sistema inmunitario, lo cual permite el ataque de
infecciones externas.
La leucemia es originada por una mutación de las células madre
que se convierten en los componentes de la sangre. Los investigadores médicos
deben llegar a determinar un sistema para provocar una nueva mutación
de esas células para la curación total del enfermo sin efectos
secundarios.
Parece lo más sencillo, pero el hecho de que hasta el año 2001
no se haya podido determinar el mapa completo del ADN humano, indica que el
tema está muy atrasado y tardará aun unos años en ver la
luz.
Quién mejor puede informarte a ti a tu familia es el especialista hematólogo.